jueves, 28 de marzo de 2013

El cartucho maldito de The legend of Zelda: Majora's Mask


Hola a todos y bienvenidos a R de Gamer, un blog que he creado para hablar, básicamente, diversos temas sobre videojuegos. ¿No os lo esperabais, eh?


Yo soy R sí, R a secas, y seré el redactor que os intentará deleitar con sus entradas.

Como no os quiero aburrir con una entrada tremenda, mejor empezamos con el tema que os traigo hoy...


El cartucho maldito de Majora's Mask


Sinceramente, no sabía muy bien como empezar con este blog, y como las leyendas urbanas de videojuegos siempre han sido tema de interés y en lo personal, siempre me han interesado, hoy os quiero traer una leyenda urbana muy famosa proveniente del videojuego The Legend of Zelda: Marjora’s Mask, y que se titula "El cartucho maldito"


¡Vamos a ello!








Había una vez un muchacho que, al igual que muchas personas hoy en día, se dedicaba a comprar videojuegos seminuevos en vez de nuevos, por el mero hecho de ahorrar dinero o bien, porque simplemente no le llegaba la pasta para juegos nuevos. Algo normal, ¿No creéis?

Pues bien, después de estrenar su hermosa Nintendo 64 decidió ir a comprar un videojuego, y para su suerte (o desgracia), encontró a un anciano que vendía objetos de segunda mano. Nuestro protagonista fue a echar un vistazo, para ver qué era lo que ofrecía  y, para su sorpresa, divisó lo que era un juego de Nintendo 64. Como os podéis imaginar, este era el The Legend of Zelda Majora’s Mask. Pero aquel juego era un tanto peculiar; era un cartucho “pelado” (osea, sin imagen, el cartucho estaba completamente desnudo y sólo se visualizaba el gris característico de los cartuchos de N64) y en el medio tenía escrito con letra grande y en negro “Majora”.
Después de intercambiar dinero y palabras con el, aparentemente, “siniestro” anciano, este muchacho fue directo a su hogar a probar su nuevo videojuego.

El cartucho en cuestión. A manos de... ¿Quién? No se sabe, pero se rumorea que después de los acontecimientos,
el cartucho fue vendido y pasado a diversos compradores que decidieron quedar en el anonimato.

                                   
Una vez en su casa, fue a lo suyo: metió el cartucho en su Nintendo 64 y comprobó que funcionaba perfectamente. Al ser un videojuego seminuevo, poseía una partida en su interior, y esta partida tenía de nombre “BEN”. Estaba bastante avanzada y, bueno, ¿para qué iba a querer jugar una partida avanzada y estropearse el juego entero? Nuestro protagonista decidió dejar aquella partida en paz, y comenzar una nueva.

En el proceso en el que creaba su partida, el juego daba la opción de ponerle el nombre que quisieras al protagonista (algo habitual en The Legend of Zelda) y él decidió llamar al protagonista “Link” (nombre original del protagonista de la saga The Legend of Zelda), sin enrollarse mucho. Pero el juego cambió de manera automática aquel nombre por el de “BEN”, algo que le resultó muy extraño pero no le tomó mucha importancia y siguió jugando.

Mientras jugaba, se percató de que ocurrían cosas muy extrañas dentro del juego: Bugs por doquier, errores en las texturas, el nombre del protagonista se intercambiaba entre BEN y LINK en los dialogos... Todo era muy raro. Nuestro prota llegó a la conclusión de que el archivo “BEN” era el que creaba todos estos errores, y por lo tanto, decidió eliminarlo.

Ahí fue donde empezó todo. Grave error.


Una vez eliminó la partida, empezaron a ocurrir cosas extrañas: en la pantalla empezaron a aparecer diálogos extraños, la música sonaba de manera tétrica del revés y para rematar, se escuchaban risas macabras en el fondo una y otra vez... 
Como era de esperar, nuestro protagonista estaba acojonado no, lo siguiente. Pero continúo...

Los sucesos anteriores eran cíclicos, por lo tanto se repetían una y otra vez, todo el rato la música al revés, las risas, los dialogos, los bugs... hasta que llegó un momento en el que la consola se reinició sola.

Una vez reiniciada la consola, el juego comenzó de nuevo pero con un archivo llamado “Drowned” (“ahogado” en inglés) y ahí es donde empezó la fiesta...

Skull Kid (el del centro)
Al parecer, el antagonista principal de la historia, Skull Kid, acosaba de manera constante a Link y lo asesinaba una y otra vez, cada vez que el antagonista aparecía, Link era asesinado, y no sólo eso, cada vez lo hacía de maneras diferentes y más sanguinarias... además, la música seguía tocando del revés y contuniaban las risas... sin duda alguna, era algo espeluznante.

Curiosiamente, llega un punto en el que Link se transforma en un Zora (unos seres de la saga The Legend of Zelda que tienen forma de pez y viven en el agua) y se introduce en el agua... ¡para ahogarse! Cosa que es imposible ya que ellos tienen la posibilidad de respirar debajo del agua.

Todo aquello era muy extraño. Pero este muchacho, a pesar de sentir miedo, su miedo no superó a su curiosidad, y en vez de devolver sin más el cartucho, decidió seguir explorándolo: siguió viendo qué pasaba en aquel juego. “BEN” (el nombre de Link en aquella partida) como pasaba antes, moría una y otra vez a manos de Skull Kid. Y no terminaba. De diferentes maneras, sí, pero siempre con el mismo resultado: acababa muerto.

Una vez vista que aquella masacre no acababa, y ya con más miedo aún en el cuerpo, decidió volver donde estaba el anciano vendiendo sus cosas y optar por devolver el juego y comentarle lo ocurrido.

Cuando fué al lugar donde vendía los objetos, estaba cerrado, y él no estaba. Movido por la curiosidad, decidió buscar en su alrededor información sobre aquel anciano. Preguntó a los vecinos dónde vivía... y fue a hacerle una visita. Pero él no estaba. Entonces continúo investigando...

Al parecer aquel anciano era una persona un tanto extraña, no se le veía mucho ya que no salía mucho de casa. Y entonces el muchacho hizo la pregunta clave... preguntó a los vecinos quién era “Ben”. Ellos le contaron que era un chico que hace 8 años atrás murió en un accidente, ahogado, y que vivía en la casa del anciano...

Nuestro protagonista nunca más volvió a jugar The Legend of Zelda: Majora’s Mask y además, aquello tuvo una gran repercusión psicológica (llegaba a tener pesadillas con Skull Kid, entre otras cosas), nunca volvió a ser el de antes...

¿Interesante historia, verdad?

Bueno chicos, para terminar esta entrada, os dejo un par de vídeos que circulan por internet. No se sabe con exactitud si son recreaciones, o grabaciones que hizo nuestro protagonista en su momento, o simplemente grabaciones que hizo uno de los que obtuvo aquel videojuego maldito... pero la cuestión es que hay vídeos en youtube de aquel juego. Para los más curiosos, aquí os los dejo:







Puede que todo esto sea un crepypasta más, o no, pero sin duda alguna, el que creó esta historia en el caso de ser falsa, se lo curró bastante,  ya que interesante y original lo es un buen rato...

¡Nos vemos de nuevo en R de Gamer!

R

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